jueves, 20 de noviembre de 2014

Las casualidades del 20N

   La verdad que si alguien echa un vistazo a las efemérides del 20 de noviembre da para escribir innumerables entradas, artículos, reflexiones o como lo queráis llamar. Y es que echando un vistazo a la famosísima enciclopedia libre digital, desde que en el  año 270 naciera emperador romano Maximino Daya hasta la actualidad, la casualidad ha dado que en los libros de historia aparezca esta fecha en innumerables ocasiones, muchas de ellas relacionadas con personajes poderosos y políticos.

    Podríamos hablar largo y tendido de José Antonio, el que fuera fundador de Falange Española e hijo del dictador Miguel Primo de Rivera, ejecutado tal día como hoy de 1936 en los inicios de la guerra civil tras ser acusado de rebelión militar. O de Francisco Franco, aquel acomplejado gallego bajito y con voz afeminada que durante 40 años le dio por enterrar en cunetas las esperanzas de un pueblo que ansiaba la libertad y que, un 20 de Noviembre, por fin Dios le acogió en su gloria. O también de la muerte definitiva de la democracia en España (si es que alguna vez la hubo desde la II República) hace 3 años cuando otro gallego ocupa la presidencia del gobierno y con sus recortes y mordazas acaba con el poco bienestar y libertad que disfrutábamos.

    Pero resulta que me levanto esta mañana y veo que el destino o la casualidad ha hecho que muera Cayetana Fitz-James Stuart. Sí, esa viejita con esos pelos después de haber introducido los dedos en un enchufe. Casualmente, como digo, muere un 20 de noviembre, al igual que las también aristócratas y reinas consortes de Inglaterra Carolina de Brandeburgo (esposa Jorge II) o Alejandra de Dinamarca (casada con Eduardo VII). Esta terrateniente, poseedora de 31.000 hectareas en territorio español se va dejando una herencia millonaria a sus herederos, mientras que el sueldo recibido por sus jornaleros no pasa de los 200 € a pesar de recibir altísimas subvenciones por parte del Estado y la UE. 31.000 hectáreas de campo muchas de ellas sin trabajar en ese país que ella tanto amaba y que cuenta con más de 4 millones de parados. Tantos millones, terrenos y poder para que al final le coman los mismos gusanos que comerán a la gente que explotaba.

   Así pues, que cada 20 de Noviembre cada cual llore a sus muertos. Yo lloraré a los míos (algunos muertos también tal día como hoy) y tendré siembre claro al lado de quién estar hasta que, como dice el cantar de Dixebra, "...los probes coman pan y los ricos coman mierda".

Que mi voz suba hasta el monte
Que mi voz baje al barranco
Hasta que los jornaleros
Se apoderen de los campos.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario