domingo, 7 de febrero de 2016

Titiriteros, criminalización y silencio

La verdad que el nivel de indignación en el que me encuentro es tan elevado que cuesta escribir una entrada desde una serenidad plena. Lo primero que quiero dejar claro, para que no de lugar a malas interpretaciones, es que estoy totalmente en contra y condeno toda acción criminal y terrorista. Condeno las acciones de ETA y Al Qaeda al igual que condeno el asesinato de 14 personas que hace dos años fueron tiroteadas en Tarajal y cuyos responsables siguen sin rendir cuentas.

Dicho esto, hay varios temas sobre la mesa después de la detención y encarcelamiento de los titiriteros que representaban una obra dentro de la programación de los carnavales del barrio de Tetuán de Madrid. El primero de ellos es la torpeza de quien permitió que dicha representación, con contenidos violentos y sátira política, fuera programada y dirigida a un público infantil. Esta torpeza merece una reparación y toma de responsabilidades de quien lo haya permitido, bien sea la compañía de teatro, organizadores o Ayuntamiento.

Por hacer un rápido resumen de la obra "La Bruja y Don Cristóbal", en ésta se representa la persecución, criminalización y difamación que han sufrido a lo largo de la historia numerosas personas en lo que se conocía como la tradicional caza de brujas. Como muestra de dicha manipulación histórica, se le coloca a la bruja un cartel de "Gora Alka-eta" con el fin de incriminar al personaje. Además, también aparecen contenidos violentos a lo largo de la representación en los que se ahorca al juez o se pega al policía. A uno le puede gustar más o menos el tema, las escenas, pero ¿qué tiene de diferente con otras obras de teatro, libros o películas que a diario nos inundan los teatros, librerías o cines? ¿Acaso no hay contenidos humorísticos, violentos y satíricos en la programación de TV? Y dichos contenidos, ¿no es verdad que son proyectados a horas en las que también hay niños delante de las pantallas?

Como consecuencia de todo esto, desde el pasado 5 de febrero del recién estrenado 2016, Sg. XXI, dos personas están privadas de su libertad por enaltecimiento del terrorismo. Creo que últimamente se nos está yendo de las manos todo este tema. Se juzga a concejales por unos tweets de humor negro dirigido a víctimas (algunas de las cuales reconocen reírse de dichos chistes) pero un conocido locutor radiofónico sigue vociferando con toda impunidad después de manifestar públicamente que le pegaría dos tiros a unos ciudadanos que simplemente no piensan como él. Se encarcela a dos personas por mostrar en una obra, como parte del atrezzo de la misma, una pancarta que rezaba "Gora Alka-eta", pero ni siquiera se toma declaración a quienes van a manifestaciones con pancartas y camisetas con el lema de "Viva Franco" y la fotografía del que fuera dictador y asesino en nuestro Estado durante casi 40 años.

¿Realmente le importa a los difamadores que unos niños vean una obra de contenido violento? ¿Les preocupa, sinceramente, el terrorismo a quienes ahora denuncian y señalan con el dedo? Lo único que les preocupa es criminalizar a una institución, a un colectivo, utilizando la inocencia de los niños y el dolor de las víctimas, exhibiendo, una vez más, su falta de escrúpulos y bajo nivel de democrático. No hay diferencia entre la realidad que continúa estando vigente a lo largo de la historia con la sinopsis de la tan condenada obra.

Hay un discurso creado con ciertos patrones. Esto está bien, pero esto no. De esto se puede hablar, de esto no. Hasta aquí hay violencia, pero desde aquí ya no. Un discurso creado por los que ahora se sienten amenazados pero que nada hacen los amenazantes para cambiarlo. Las dimisiones que hubo en su día han servido únicamente para darles la razón, para posicionarnos en el "esto está mal" realimentando ese discurso. Si queremos cambiar todo hay que entrar desde el principio cambiando todo. No puedes tener una carretera bacheada y tapar los baches con un poco de brea ya que de una u otra manera los baches van a seguir ahí. Asfaltemos la carretera de arriba a abajo.

Entiendo que estamos en momentos delicados, de pactos y que todavía no ha habido una pedagogía suficiente como para que la sociedad entienda ciertas posturas debido a que vivimos esclavos de ese discurso. Pero por encima de los pactos, de las estrategias políticas, está la dignidad de la gente. La realidad no pasa por sentarnos en una mesa y hacer álgebra lineal sumando sillas. La realidad es que hoy hay dos personas menos en libertad y que, además, son dos personas que defienden los mismos intereses que los que ahora hacen cuentas y callan. Mientras estemos únicamente pensando y realizando estas sumas, mientas esperamos para gobernar, que es más que probable que pasen unos cuantos años, a nuestros titiriteros, aficionados de equipos de fútbol o militantes les seguirán encarcelando. Si queremos hacer pedagogía, si queremos romper las reglas y el discurso,  si "el futuro es para los valientes", quizás hoy sea un buen día para empezar a serlo.

miércoles, 3 de febrero de 2016

MOVILIZACIÓN Y DESMOVILIZACIÓN

   Hace prácticamente 5 años de aquel 15 de mayo de 2011, esa fecha en la que nos echamos a la calle exigiendo una democracia real, una política al servicio del pueblo en el que éste debería ser el actor principal. Una efeméride en la que mucha gente que antes dormía entonces despertó y comenzó a hacer política. Probablemente, dentro de unos años, nuestros hijos y nietos estudiarán esos días como el referente de un cambio político eso depende de nosotros.

   A lo largo de los años, hubo un pueblo que se movilizó para conseguir unos derechos que el bunker nos quiere arrebatar en la actualidad. Si miramos a los últimos 50 años nos encontramos con la "Huelgona" de Asturies, apoyada posteriormente por más de 20 provincias del Estado o países como Francia y Bélgica, las movilizaciones universitarias a partir de 1965, la "Huelga de Bandas" en Euskadi entre 1966 y 1967,... y podríamos seguir hasta contabilizar las más de 5000 luchas que se produjeron en los últimos 13 años de vida del dictador. El pueblo, los heridos, los presos, los muertos,... a todos ellos les debemos esta especie de democracia en la que vivimos ahora, esa palabra con la que se atragantan algunos cada vez que la nombran. Los Juan Carlos, Suárez, Fraga y compañía únicamente buscaron una fórmula que permitiera apaciguar la exaltación en las calles mientras ellos no perdían sus privilegios tardofranquistas.

   Mordimos el anzuelo y nos conformamos con unas elecciones, una constitución y una amnistía parcial, quizás algo soñado en su contexto histórico pero insuficiente como se ha comprobado a lo largo de los años. Para este juego, Suárez legalizó los partidos perseguidos durante 40 años, que consiguieron entrar en las instituciones con gran presencia, algo que hizo temblar a inmovilistas y reformistas. Les dejamos hacer y el pueblo, en su mayoría, prefirió ser mero espectador del regreso de la Restauración en la que los Cánovas y Sagasta contemporáneos se turnaban para dirigir ese escenario de confort heredado y controlado a su vez por un jefe de Estado al que nadie eligió en unos comicios. En resumen, esta desmovilización casi total (salvo excepciones contadas) que sufrimos en el último cuarto de siglo XX permitió que lo que iba a ser un paso de gigante para alcanzar ese Estado moderno y maduro se convirtiera en un paso de cien años atrás.

   Y volvemos al punto de partida de esta entrada. A ese 15M, a las mareas, a las marchas de la dignidad, a ese ''que no tenemos miedo''. Habíamos conseguido, como decía al principio, despertar de ese coma en el que nos habían inducido. Estábamos una vez más reclamando nuestros derechos, algunos todavía por conseguir y otros que nos habían arrebatado a lo largo de los años. ''Pan, techo, trabajo y dignidad''. El pueblo volvió a hacer política y conseguimos aumentar nuestra presencia en las instituciones. Habíamos conseguido lo difícil pero nos quedaba aprobar nuestra asignatura pendiente. Volvimos a suspender. Nos volvimos a confiar. Tan rápido como tomamos las plazas las dejamos desiertas creyendo que una vez dentro ya habíamos ganado. 


   Lo bueno de todo esto es que todavía estamos a tiempo. Debemos seguir exigiendo empleo, sanidad y educación pública, que nadie se quede sin casa, encarcelamiento de criminales y delincuentes de guante blanco, ilegalización de partidos corruptos. Con la que está cayendo me parece increíble que no estén las calles a rebosar. Lo que hemos aprendido a lo largo de la historia es que somos más y que tenemos el poder. En el momento en que hemos exigido hemos ganado. Debemos volver a esa movilización para exigirles que se vayan, que les encierren por violar los Derechos Humanos, que devuelvan todo lo que se han llevado y que nos corresponde. Pero también, tan importante o más, es movilizarnos para exigir a los nuestros, indicarles el camino. Recordarles que están ahí sobretodo porque les hemos puesto nosotros y conseguir ser nosotros, el pueblo, los que marcamos el ritmo de la historia. Que nadie nos tenga que reprochar que fuimos unos conformistas. 

sábado, 19 de diciembre de 2015

Instrucciones para un día de reflexión.

   Mañana, 20 de diciembre de 2015, estamos llamados una vez más a ejercer nuestro derecho al voto en lo que muchos llaman la fiesta de la Democracia. Me parece curioso esa forma de definir unas elecciones. Supongo que lo de fiesta será porque es el único día en el que nuestro sistema llega a parecerse a lo que Platón denominaba "gobierno de la multitud".

   En el Estado español, el día anterior a unas elecciones, los candidatos o cargos públicos tienen prohibido pedir el voto en lo que se conoce como jornada de reflexión. Y precisamente de eso quiero hablar en esta entrada, de reflexionar.

   Votar es algo muy serio y una responsabilidad de gran magnitud. Es cuando tú decides quien va a estar cuatro años gestionando tu vida. Por ello es necesario realizar un ejercicio de reflexión previo a meter los sobres en las urnas. No te voy a pedir el voto para nadie, únicamente te pido que le dediques un tiempo a leer y pensar antes de tomar una decisión.

   Te pido que pienses en los últimos años de tu vida, de la vida de los de tu alrededor. Y piensa, por ejemplo, qué es lo que ha hecho el partido de la gaviota por ti. La privación de una educación pública, gratuita y de calidad o la ausencia de una sanidad para todas y todos derivando enfermos a sus clínicas privadas afines o negando medicación a quien la necesita para vivir. Piensa que estos que hablan de recuperación económica son los que han elevado la deuda a casi el 100% del PIB. Son los de Gurtel, Noos o Púnica. Los que mandan mensajes de apoyo a su tesorero encarcelado por las cajas B de su propio partido o reciben en el ministerio a quien se gastó NUESTRO dinero fornicando y emborrachándose y el pobrecito se sentía amenazado. Son los responsables directos de los cientos de suicidios en estos últimos años a causa de sus recortes y desahucios. Si piensas un poco, mañana no les votarás.

    Piensa en el partido de la flor marchita. Es el partido de los ERE de Andalucía o los casos Campeón o Marea. Los que casi nada se diferencian de sus "oponentes" de bipartidismo cuando una vez cumplidos sus años de "servicio al pueblo" ocupan cargos en consejos de administración de las empresas a las que inflaron durante su mandato. Éstos, tan defensores de los pobres, son los que aprobaron los desahucios express cuando estaban en el gobierno. Son quienes junto con los de la gaviota y estando aún en el gobierno cambiaron una noche de verano un artículo de la constitución para priorizar el pago a los bancos por encima de los intereses y gastos de su pueblo. Si piensas un poco, mañana no les votarás.

    Piensa también en la esperanza naranja. Igual piensas que son nuevos, que llegaron el otro día a esto de la política, pero te equivocas. En Catalunya llevan años y, en prácticamente el 100% de las mociones y decisiones en el parlamento y ayuntamientos votaron exactamente lo mismo que el partido de la gaviota. Son los que no te quieren subir el salario mínimo pero sí el del presidente de gobierno. Los que se contradicen continuamente, diciendo estar contra el franquismo pero absteniéndose a la hora de condenarlo o decir apoyar a las víctimas de violencia machista pretendiendo eliminar la protección a la mujer. Son los que dicen estar con el trabajador elaborando un proyecto de contrato único que lo único que hará será destruir empleo abaratando los despidos. Si piensas un poco, mañana no les votarás.

    Es un día para reflexionar, para decidir qué futuro quieres para ti y tu gente. En tu mano está si quieres seguir cuatro años más recibiendo cagadas de gaviota, clavándote espinas de rosa o explotándote la bombona de butano en la cara. Pero una vez llegue el lunes te pido una cosa. Que no esperes al día antes de las elecciones para reflexionar. Piensa cada día de tu vida y, aunque mañana ganen los tuyos, vuelve a salir a la calle a exigirles porque tú eres el dueño de tu vida.

#NuncaMásUnPaísSinSuGente

jueves, 29 de enero de 2015

Carta abierta a Mariano Rajoy

   Sr. Mariano Rajoy. Son tantas las cosas que desearía decirle en esta carta abierta que me es difícil saber por donde empezar.

   En los últimos días han aparecido dos vídeos-propaganda de su partido. En uno, titulado "Aún queda mucho por hacer", les veo a ustedes ejerciendo de tan malos actores como políticos, intentando engañar a la población (una vez más). Hablan del casi medio millón de parados menos que hay desde el año pasado, pero no de los más de tres puntos que ha subido la tasa de desempleo desde que llegaron al gobierno. Hablan también de los más de 400.000 afiliados a la seguridad social en 2014, pero no de la cifra de la población ocupada desde noviembre de 2011, que es de 1,2 millones menos. Hablan de las medidas contra la corrupción cuando cada día más militantes y cargos públicos peperos están imputados y condenados. Y me entra la risa cuando les oigo la palabra transparencia, después de que se haya demostrado que su partido, al igual que Ana Mato, se benefició de la financiación ilegal .

   El otro vídeo, Sr. Rajoy, es en el que se le ve a usted llamando a la puerta de las casas de sus ciudadanos (por cierto, no le he visto entrar nada más que en casas pudientes). Curiosa manera de mostrar que da la cara la persona que comparece ante la prensa a través de un plasma (y nunca permite preguntas). Me gustaría que viniera a mi casa a darme las gracias. Le invitaría a pasar con mucho gusto, nos tomaríamos un café y, mientras, le iría enseñando mis últimas nóminas de contratos de no más de 20 días seguidos. Le enseñaría la lista de mis amigos que ni siquiera tienen la suerte de tener mi supersueldo. Luego pasearíamos por el barrio, quizás ese día a Antonia la estén desahuciando de su casa junto a sus tres hijos. Le presentaría a mi amiga Marta, que ha tenido que elegir entre trabajar o cuidar a su madre con alzheimer, ya que el gobierno que usted preside le ha quitado su ayuda de dependencia. Iríamos a la puerta del supermercado cercano a mi hogar, donde esta Babar, subsahariano enfermo y asustado por un final quizás inminente debido a que en nuestra Seguridad Social le niega atención médica. Y es que, lo que para Vd. sólo son números, ésta es la verdadera realidad que vive su gente, Sr Rajoy.

   Es acertado el título del primer vídeo. Sí, "Aún queda mucho por hacer". Aunque un humilde servidor lo titularía "Queda todo por hacer". Y es que, Sr. Presidente del Gobierno, no han cumplido ni un solo punto del programa electoral por el que fueron elegidos para tomar las riendas de nuestro Estado. Me río de las cuentas públicas en orden cuando la deuda pública ha pasado de un 70% del PIB a un 96%. Leo en el programa medidas para una educación de calidad para todos y universidades de excelencia cuando recortan en personal docente y niegan becas impidiendo a millones de estudiantes poder cursar sus estudios. Recortar en I+D+i, Sr. Rajoy,  no creo que sea una buena medida para abrir Nuevas fronteras para la ciencia y el conocimiento. Y me hace gracia el apartado de españoles en el exterior, a modo de saludo a los cientos de miles de ciudadanos que, jóvenes en su mayoría, han tenido que emigrar para buscarse una vida que su gobierno le niega en su país. Y podríamos seguir hablando de sus medidas de empleo, sanidad, transparencia y un largo etcétera que ustedes han plasmado en un programa de más de 200 páginas y que, repito, falta todo por cumplir (por mucho que lo único que les preocupe sea que unos recién llegado traigan el suyo).

   Pero, en realidad, Sr, Rajoy, el motivo principal de esta carta es para darle yo a usted las gracias. Muchas gracias porque por su patética gestión, su cobardía escondiéndose en las situaciones críticas, su inutilidad para hacer frente a cualquier crisis, su destrucción de empleo y bienestar, su liquidación de la educación y sanidad gratuita o su pasividad ante los desahucios ha permitido que millones de personas hayan dicho basta. Hayan salido a las calles a exigir pan, techo y trabajo, se hayan movilizado para echarles desobedeciendo esa ley con la que intentan amordazarnos. Y es que, como decía Gandhi, "en cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle." (fin de la cita).

   Han sido más de tres años escuchando mentiras y viviendo infinidad de injusticias. Tres años sufriéndoles. Tres años de libertades robadas. Pero se les acaba el tiempo, Sr. Rajoy. En unos meses volvemos a tener la única arma democrática que nos han dejado. Volveremos a ir a las urnas y les vamos a echar, les vamos a derrotar. Y cuando llegue ese día que, le repito, está a la vuelta de la esquina, espero que les quede un mínimo de dignidad y se vayan sin hacer ruido.

Un saludo,

Eneko Carrillo
 

viernes, 23 de enero de 2015

La importancia de marcarse

   "Ye por nun formar parte de la nada". Esta frase sacada de la primera canción que abre el último disco de Skama la Rede quizás sea una buena respuesta a la pregunta ¿por qué te metes en política? A lo largo de estos últimos años he tenido que escuchar comentarios del tipo "no sé por qué te metes en estos fregaos", "no te marques", "mejor mantenerse al margen", ... Vamos, supongo que los que muchos y muchas de nosotros y nosotras hemos tenido que escuchar.

   En el fútbol, el forofo tiende a criticar al delantero por haber fallado un gol o al portero por no parar un balón y, cuando no encuentra víctima en su equipo, todas sus iras van en contra del árbitro por marcar un fuera de juego. El problema es que hemos (o nos han) hecho de la vida cotidiana un partido de fútbol. Estamos delante del televisor criticando a Wert por cargarse la educación pública o insultando a De Guindos por ejercer de Eduardo Manostijeras con nuestra economía. Todo esto desde el sillón de nuestra casa, sin tener la iniciativa de coger el balón y ser nosotros quienes lancemos ese penalty tan importante en nuestra particular final de Champions.

   He oído muchas veces decir a gente la típica frase "a mi la política no me interesa". Esta frase cargada de ignorancia es la que hace, precisamente, que tu gobierno reduzca o te quite el subsidio de desempleo, le impida estudiar a tu hijo, te niegue un tratamiento médico o abandone a tu abuela dependiente. Esta frase es lo que le da más poder a esa gente que únicamente gobierna para unos pocos. Es la que permite que ellos hagan con tu vida lo que les venga en gana. No nos han enseñado, ni hemos querido aprender, lo que es la Democracia. Tenemos la misión de votar cada 4 años a quienes queremos que gestionen nuestra administración y, en consecuencia, nuestras vidas. Misión importante pero insuficiente. Importante porque nuestras vidas, derechos y bienestar depende de esos cargos electos. Insuficiente porque si sólo trabajamos 1 día cada 1000 en vez de los 365 que tiene el año, corremos el riesgo de que quienes hemos elegido, 3 años después de esa elección, hayan olvidado el programa por el que se les votó. Esta insuficiencia es lo que muchos confundís con el "votar no sirve para nada", otro típico e ignaro comentario.

   Tenemos el deber de trabajar día tras día, de ser nosotros y nosotras quienes gobernemos, quienes exijamos a nuestros y nuestras gestores y gestoras un trabajo, un techo, pan. Una atención sanitaria gratuita para todas y todos. La posibilidad de ver como nuestros hijos y nuestras hijas reciben una educación de calidad sin necesidad de tener que empeñar un riñón. Tener una vida digna, sin lujos. Está más que visto que otros no lo van a hacer por ti. En otra ocasión ya he comentado que la Democracia a España no la han traído los Suárez, Juan Carlos o Fraga. La trajeron los mismos y las mismas que a ti te han dado 40 horas semanales de curro y un mes de vacaciones. Esas personas que con su trabajo, lucha y constancia pasaron por encima de los de arriba para conseguir el empoderamiento del pueblo, sus derechos y libertades.

   Y este compromiso no es cuestión de jugar a ministros ni jefes de Estado. Cada una tiene que asumir la parte que le toca y hacer cuanto está en su mano. No hay que cargarse a los hombros mochilas llenas de piedras que nos impidan avanzar, sino una carga ligera que sea la suficiente como para aportar algo y poder caminar con firmeza. Cuenta muchas veces Monedero una fábula de Betinho en la que "el bosque está en llamas y huyen de ellas el poderoso león, el gran rinoceronte, el fiero tigre,... pero un colibrí va hacia el río, recoge agua con su minúsculo pico, y cuando los animales que huían le ven acercarse hacia las llamas y le preguntan ¿dónde vas desgraciado, no ves que te vas a quemar?, el pequeño pajarito les responde voy a hacer mi parte".

   Nuestro bosque está en llamas igual que ardía años atrás. Hubo muchos colibríes entonces que llenaron su pico de agua para apagar aquel incendio y ahora es nuestro deber sofocar estas llamas que nos están apresando. Primero por respeto y agradecimiento a aquellos colibríes que nos construyeron un bosque con árboles de libertad y esperanza. Y segundo porque, el día de mañana, nuestros hijos puedan echarnos en cara que nos hemos equivocado, que elegimos mal el camino, pero nunca que no lo hemos intentado.

domingo, 11 de enero de 2015

La hipocresía frente al terror

   El día del archiconocido atentado en París había escrito una entrada para el blog aunque no la publiqué por no hacerlo en caliente y esperar un poco. Quería reflexionar algo más sobre lo ocurrido.

   Antes de empezar quiero mostrar mi más rotundo rechazo a lo ocurrido en la mañana del 7 de enero en la editorial de Charlie Hebdo. Condeno esta masacre de la misma manera que condeno todo tipo de violencia que atente contra las libertades.

   Sale, como era de esperar, nuestro gobierno repudiando el atentado. Ese gobierno que ahora se le llena la bocona con expresiones como "libertad de expresión" y que se saca de la manga una ley para amordazar a su pueblo. El que vomita "tolerancia" y mata a tiros a 15 personas que intentaban llegar a nado a una tierra en busca de una oportunidad y que niega asistencia sanitaria a los que se "les escapan" en las fronteras. El mismo que pide y aplaude la ilegalización de partidos y el cierre de periódicos. El gobierno que desahucia familias, que desaloja centros sociales. El que cuenta con un ministro de interior miembro del Opus, secta tan tolerante con la libertad de las mujeres y los homosexuales. El mismo gobierno que va a manifestarse a París por los 12 muertos en el atentado y que permite que se muera en su país el mismo número de personas al día, repito, AL DÍA, por negar su tratamiento. 

   He leído y visto portadas, noticias y editoriales de la prensa española sobre el tema. Aún teniendo razón en mucho de lo que expresan me sube un calor por las piernas "p'arriba" al ver que los mismos que firman esas columnas, los que con su pluma claman la libertad de expresión son los mismos que, años atrás, querían "degollar" a la revista Mongolia por utilizar una imagen de la Virgen de la Macarena en una de sus ediciones y casi que condenar a cadena perpetua a los responsables de dibujar y publicar a nuestros actuales monarcas fornicando en la portada de El Jueves. Es la misma prensa que apenas habla de las "muertes" (en ningún caso de asesinatos) en los ataques a Siria, Irak, Pakistán o Afganistán, allí donde las victimas no se cuentan por una docena, sino por cientos y miles. La que le cuesta reconocer al Estado de Israel como asesino. Los mismos que pasan por alto los miles de personas que mueren por culpa de políticas migratorias. La que tachan ahora lo ocurrido en París de ataque islámico mientras que cuando Anders Behring mataba a 77 personas en Noruega por motivos ideológicos y religiosos lo definían como fanático y nunca culparon al cristianismo. 

   Hoy he vuelto a ojear las portadas de los principales periódicos españoles. Todos se hacen eco del llamado terrorismo islámico, de su amenaza y de la manifestación que hoy recorrerá las calles de París. Ninguno se hace eco en esa primera plana de los miles de personas que ayer en Madrid exigía al gobierno un tratamiento que se les está negando a los enfermos de Heptatitis C, enfermedad que, repito una vez más, deja 12 víctimas al día en nuestro Estado. 

   Se habla de combatir el terrorismo islámico. No creo en él como tal, o al menos en esa definición. No es el islam ni la religión quien mata. Son fanáticos. Y si queremos combatir este fanatismo tendremos que, en primer lugar, analizar el origen del mismo, hacer una buena lectura de la realidad y llamar a las cosas por su nombre. No podemos acabar con esta lacra si permitimos que un Estado viole y asesine un pueblo para después ocuparlo. No podemos ir de la mano de quienes invaden y bombardean pueblos buscando algo que años después todavía no sabemos lo que era. Lo que estamos consiguiendo es alimentar ese radicalismo que, a la postre, nos hace convertirnos en dianas de sus ataques. 

   Lo que nuestros políticos y su prensa ha hecho todos estos días es más de los mismo. Utilizan una información sensacionalista, la revisten, la adornan y nos bombardean con ella para sensibilizarnos. El objetivo está claro: desviar la atención de los problemas propios, distorsionar la realidad y apuntar hacia un enemigo ajeno. Y es que toda esta actitud y aptitud gubernamental, la manipulación de parte de la información y la falta de otra, las cortinas de humo, el constante bombardeo de hacernos creer que somos víctimas de a saber qué amenaza exterior es una venda que tenemos en los ojos y que, si no hacemos por quitárnosla, nos impedirá ver que, realmente, lo único que somos es víctimas de nosotros mismos. 

   

martes, 30 de diciembre de 2014

2014, el principio del cambio

    Hoy es 30 de diciembre de 2014. Me ha dado por ponerme delante de un periódico cualquiera que resume este año que termina mañana y veo 365 días llenos de noticias y emociones.

    Permítanme que empiece este periódico anual por detrás, por las páginas de DEPORTES. Leo a las Mireia Belmonte, Carolina Marín, o las chicas del balonmano intentando abrirse un hueco en las patriarcales portadas de la prensa deportiva consiguiendo éxitos que, últimamente, se resisten a los hombres. Ha sido también el año en que se ha demostrado que en el fútbol, como en la vida, si vas paso a paso, partido a partido, con ilusión y esfuerzo puedes llegar a plantarle cara al poderoso, estar a su altura e incluso ganarle. Sin embargo, cuando predomina la soberbia y llegas a la guerra de Brasil sin ganas, lo más normal es que tengas que dejar el campo de batalla a las primeras de cambio tras caer derrotado.

    Sigo pasando páginas y llego al OBITUARIO. Primero nos dejó Adolfo Suárez, aquel miembro de las JONS y director de RTVE durante la dictadura, que luego fue elegido por el sucesor de Franco para ser el presidente de la llamada Transición. Un hombre casi olvidado los últimos años y cuya muerte le vino muy bien al gobierno para tapar la dignidad de cientos de miles de personas que se concentraban esos días en la capital del reino. También nos dejaba Emilio Botín. Esa persona con cuentas en paraísos fiscales, con causas archivadas por la justicia que están todavía sin esclarecer, que condonaba la deuda a partidos políticos y cuyos responsables encontraban después su sitio en consejos de administración en los que el propio Emilio tenía influencia. Una persona a quien lloraron unos pocos mientras otros, los que más, no le quedaban ya lágrimas en los ojos después de que su banco les arrebataran sus casas y, en algunos casos, sus vidas. También llegó a ser pasto de los gusanos la terrateniente Cayetana, esa mujer con peinado a lo Krusty el payaso, dueña de miles de hectáreas cultivables que lo único que cultivaba eran millonarias subvenciones y, a su vez, explotadora de cientos de jornaleros a los que esclavizaba trabajando de sol a sol.

    En la sección de SOCIEDAD leo que éste ha sido el año en el que muchos han tenido que responder ante la justicia. Folklóricas, presidentes de equipos de fútbol, ex-presidentes de comunidades autónomas,...  han visto como en 2014 daban con sus huesos en el penal para cumplir condenas por llenar sus cuentas (suizas en algunos casos) con el dinero de todos. Hijas o hermanas, yernos o cuñados han declarado también este año ante el juez en calidad de imputadas/os a expensas de hacerlo ya como acusadas/os en los próximos meses.

    Muy amplias las páginas de INTERNACIONAL. El conflicto en Ucrania, el referendum de Escocia, el reconocimiento de Palestina como Estado después de una de las ofensivas más sangrientas por parte de Israel, y el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y EE.UU son quizás las cuatro noticias más importantes ocurridas fuera de estas fronteras que necesitaría un lustro para exponer.

    Ya en la sección Estatal, leo que ha sido un año, también, en el que los de la gaviota se han empeñado en destruir lo poco de democracia que quedaba. El partido de Mariano "el ausente" nos ha puesto una mordaza en la boca en forma de ley para evitar que hablemos en las calles. El pueblo catalán no ha podido elegir su futuro porque desde la Calle Génova decidieron que votar era ilegal. Y al resto del Estado se nos ha impedido elegir, una vez más, a nuestro Jefe, heredando este puesto el hijo del que había sido elegido por Franco para ocupar su lugar, el cual sigue conservando su título, al igual que su señora. Tenemos por tanto dos reyes y dos reinas. Entiendo ahora las páginas de ESPECTÁCULOS, en las que leía que los de Juego de Tronos habían elegido España como lugar para rodar parte de su próxima temporada, aunque, tiempo después, decidieron marcharse. Quizás vieron que era un decorado más apropiado para grabar películas del tipo El Golpe o En Bandeja de Plata.

   Pero a pesar de tantas trabas, leo que se han dado ciertas lecciones. Lección de persistencia de las compañeras de la PAH o de la Marea Blanca, impidiendo desahucios y paralizando la privatización de la sanidad madrileña. La Marea Verde, haciendo pedagogía no sólo con nuestras hijas e hijos en las aulas, sino también en la calle con todas y cada una de nosotras, mostrándonos el camino para que no nos roben nuestra educación. La Marea Violeta, cavando la tumba política del Sr. Gallardón y escribiendo en su lápida "En mi coño mando yo". Lección la que nos dio Teresa Romero. Primero de compromiso, ofreciéndose voluntaria para intentar salvar la vida de dos moribundos que el gobierno se empeñó en repatriar y, después, de lucha para vencer a la enfermedad y enfrentarse a las ruines acusaciones de los responsables de sanidad autonómicos y estatales. Leo, cómo no, esa importante lección cuando un día de marzo las calles de Madrid y del resto del Estado se llenaron de dignidad, exigiendo pan, techo y trabajo para todas y todos.

   Y finalmente, llegamos a la portada del periódico: "2014, EL PRINCIPIO DEL CAMBIO". El año en el que por fin somos nosotras y nosotros los que hacemos política, quienes debatimos una lista electoral, un programa de mínimos. Fruto de todo esto se subió el primer peldaño para conseguir esa gran victoria que tanto esperamos. Se cambió el discurso y algunos grandes partidos abrazaron una descafeinada transparencia hasta entonces inédita en ellos. El pueblo ha gritado "¡¡¡BASTA!!!", y como dicen los RIOT PROPAGANDA, "El miedo va a cambiar de bando".

   Y tan pronto como se termina la edición de un periódico se empieza a escribir la siguiente, la de 2015. Me gustaría leer, dentro de un año, cómo se ha materializado ese principio de cambio y cómo se ha conseguido derrocar a la mafia política. Pero para escribir estas páginas debemos hacer una buena lectura de los anteriores periódicos. La lectura de que nadie va a hacerlo por nosotras y nosotros (no existen salvadores, tampoco con coleta). Debemos leer que lo conseguido (y lo que queda por conseguir) ha sido obra de todas y todos: esas compañeras de la PAH, las mareas, los bomberos, las y los trabajadoras y trabajadores de Coca Cola, de Alcoa o del Mataderu, el militante histórico, Pepe Fernández que por primera vez ha pisado la calle con una pancarta en la mano, María García que se estrena en esto de hacer política (aunque quizás ya la hiciera sin darse cuenta) y tú, que probablemente te estén entrando ganas de escribir las páginas del periódico de 2015 y que no quieres dejar que NADIE las escriba por ti.