viernes, 23 de enero de 2015

La importancia de marcarse

   "Ye por nun formar parte de la nada". Esta frase sacada de la primera canción que abre el último disco de Skama la Rede quizás sea una buena respuesta a la pregunta ¿por qué te metes en política? A lo largo de estos últimos años he tenido que escuchar comentarios del tipo "no sé por qué te metes en estos fregaos", "no te marques", "mejor mantenerse al margen", ... Vamos, supongo que los que muchos y muchas de nosotros y nosotras hemos tenido que escuchar.

   En el fútbol, el forofo tiende a criticar al delantero por haber fallado un gol o al portero por no parar un balón y, cuando no encuentra víctima en su equipo, todas sus iras van en contra del árbitro por marcar un fuera de juego. El problema es que hemos (o nos han) hecho de la vida cotidiana un partido de fútbol. Estamos delante del televisor criticando a Wert por cargarse la educación pública o insultando a De Guindos por ejercer de Eduardo Manostijeras con nuestra economía. Todo esto desde el sillón de nuestra casa, sin tener la iniciativa de coger el balón y ser nosotros quienes lancemos ese penalty tan importante en nuestra particular final de Champions.

   He oído muchas veces decir a gente la típica frase "a mi la política no me interesa". Esta frase cargada de ignorancia es la que hace, precisamente, que tu gobierno reduzca o te quite el subsidio de desempleo, le impida estudiar a tu hijo, te niegue un tratamiento médico o abandone a tu abuela dependiente. Esta frase es lo que le da más poder a esa gente que únicamente gobierna para unos pocos. Es la que permite que ellos hagan con tu vida lo que les venga en gana. No nos han enseñado, ni hemos querido aprender, lo que es la Democracia. Tenemos la misión de votar cada 4 años a quienes queremos que gestionen nuestra administración y, en consecuencia, nuestras vidas. Misión importante pero insuficiente. Importante porque nuestras vidas, derechos y bienestar depende de esos cargos electos. Insuficiente porque si sólo trabajamos 1 día cada 1000 en vez de los 365 que tiene el año, corremos el riesgo de que quienes hemos elegido, 3 años después de esa elección, hayan olvidado el programa por el que se les votó. Esta insuficiencia es lo que muchos confundís con el "votar no sirve para nada", otro típico e ignaro comentario.

   Tenemos el deber de trabajar día tras día, de ser nosotros y nosotras quienes gobernemos, quienes exijamos a nuestros y nuestras gestores y gestoras un trabajo, un techo, pan. Una atención sanitaria gratuita para todas y todos. La posibilidad de ver como nuestros hijos y nuestras hijas reciben una educación de calidad sin necesidad de tener que empeñar un riñón. Tener una vida digna, sin lujos. Está más que visto que otros no lo van a hacer por ti. En otra ocasión ya he comentado que la Democracia a España no la han traído los Suárez, Juan Carlos o Fraga. La trajeron los mismos y las mismas que a ti te han dado 40 horas semanales de curro y un mes de vacaciones. Esas personas que con su trabajo, lucha y constancia pasaron por encima de los de arriba para conseguir el empoderamiento del pueblo, sus derechos y libertades.

   Y este compromiso no es cuestión de jugar a ministros ni jefes de Estado. Cada una tiene que asumir la parte que le toca y hacer cuanto está en su mano. No hay que cargarse a los hombros mochilas llenas de piedras que nos impidan avanzar, sino una carga ligera que sea la suficiente como para aportar algo y poder caminar con firmeza. Cuenta muchas veces Monedero una fábula de Betinho en la que "el bosque está en llamas y huyen de ellas el poderoso león, el gran rinoceronte, el fiero tigre,... pero un colibrí va hacia el río, recoge agua con su minúsculo pico, y cuando los animales que huían le ven acercarse hacia las llamas y le preguntan ¿dónde vas desgraciado, no ves que te vas a quemar?, el pequeño pajarito les responde voy a hacer mi parte".

   Nuestro bosque está en llamas igual que ardía años atrás. Hubo muchos colibríes entonces que llenaron su pico de agua para apagar aquel incendio y ahora es nuestro deber sofocar estas llamas que nos están apresando. Primero por respeto y agradecimiento a aquellos colibríes que nos construyeron un bosque con árboles de libertad y esperanza. Y segundo porque, el día de mañana, nuestros hijos puedan echarnos en cara que nos hemos equivocado, que elegimos mal el camino, pero nunca que no lo hemos intentado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario